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¿Cuáles son las implicaciones de la crisis energética europea?

ESIAPI

No es un ningún secreto que la Unión Europea está viviendo una de las mayores crisis energéticas de los útlimos años desde hace ya un tiempo. El gas, proveniente de Rusia y del que tanto ha dependido europa durante años, tiene los costos más altos de la historia debido a la guerra contra Ucrania.

El mercado mundial de la energía es inestable desde hace años, y aunado a la pandemia, está incertidumbre aumentó, obligando a los países europeos a buscar alternativas para moverse, producir bienes, calentar y enfriar los hogares y mantener bajos los crecientes costes energéticos para los ciudadanos. Las empresas multinacionales también tienen que pensar ahora de dónde procede su energía, cómo diversificarla para evitar la escasez y cómo reducir los costes, todo ello al mismo tiempo para mantener las luces encendidas. Los gobiernos y las empresas de Europa se ven obligados a evaluar sus planes energéticos y a mirar hacia un futuro más sostenible.

¿Cómo están sintiendo los distintos países europeos los efectos de esta crisis energética y cómo intentan resolverla? 

Este conflicto ha permitido identificar la enorme dependencia energética que se tiene de Rusia. El 85 % de los europeos cree que la UE debería reducir su dependencia del gas y el petróleo rusos lo antes posible en apoyo de Ucrania. 

En respuesta a la alza de costos energéticos, la Comisión Europea presentó, el Plan REPowerEU.

REPowerEU es un plan para:

  • ahorrar energía
  • producir energía limpia
  • diversificar suministros de energía

Está respaldado por medidas financieras y legales para construir la nueva infraestructura energética y el nuevo sistema energético que Europa necesita. Actualmente con el nuevo plan europeo se ha conseguido:

  • Reducir su consumo de gas en torno a un 15 %.
  • Los suministros de gas ruso han disminuido, pasando del 40 % al 9 % del gas de gasoducto.

Sin embargo, expertos consideran que estas medidas aun no son suficientemente efectivas como solución a largo plazo. Alemania está probado diferentes medidas para combatir la crisis energética que se espera empeore durante el invierno. Entre ellas, la estricta regulación de calentadores en edificios públicos y piscinas privadas. El gobierno incluso, ha extendido la vida útil de dos de sus últimos reactores nucleares como medida extrema para ahorrar.

Ahora, el gran debate va de la mano de la movilidad. Varios partidos abogan por poner un límite general de velocidad en las autopistas, algo que podría ahorrar gasolina y reducir a la vez las emisiones de dióxido de carbono. No obstante, dentro del contexto y cultura vial alemán, existen autopistas sin límite de velocidad, las famosas autobahnn. El Ministerio de Medio Ambiente dio a conocer que si se estableciera un límite de 100 kilómetros por hora en las autopistas, los 48 millones de coches alemanes podrían ahorrar 2.100 millones de litros de combustible cada año. También se ahorrarían 5,4 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono, alrededor del 3% de todo el CO2 emitido por el transporte.

La situación europea actual nos abre un panorama para reflexionar qué tan dependientes son los países y potencias mundiales de las energías fósiles, y nos invita a replantear medidas y buscar alternativas más sustentables. 

 

 

 

 

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